Con motivo del día escolar de la Paz y la no violencia, el IE Mare de Déu del Portal de Batea organiza una serie de actividades junto con la Fundación ONG Provocando la Paz: canciones, presentaciones de proyectos solidarios, carrera/caminada por la paz y mercado solidario.
Fiesta de las Entidades Sociales
Provocando la Paz por la movilidad sostenible
El invierno de Afganistán
ENVIANDO ESPERANZA
Desde la Fundación Provocando la Paz compartimos «Retales de inspiración»: artistas comprometidos y comprometidas han creado tarjetas con ilustraciones y mensajes. Si quieres enviar esperanza a tus seres queridos, a la vez que nos ayudas a ayudar, puedes colaborar en nuestra web: www.provocandolapaz.com
Tolerancia Cero a la Mutilación Genital Femenina
PROYECTO FOGONES DE ESPERANZA
Desde la Fundación Provocando la Paz estamos trabajando para dar respuesta a los tiempos que vivimos. Empezamos el proyecto “Fogones de esperanza”: se trata de compartir la cocina de un restaurante de Amposta que unos días a la semana quiere dar una comida destinada a familias necesitadas afectadas por la crisis actual.
Empezamos en Amposta, pero ojalá otros restaurantes y otras poblaciones se animen y lo podamos ampliar.
Si vives en Amposta, estás en paro, tienes cargas familiares y no recibes ayuda de ninguna organización ni institución, puedes rellenar el formulario y nos pondremos en contacto contigo. https://forms.gle/5yc29JhhjqmVHGPy5
Laboratorio Social de la Fundación Provocando la Paz
Ser refugiado hoy
Cada minuto, veinticuatro personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror.
El mundo está siendo testigo del mayor número de desplazamientos por la fuerza. Una cantidad sin precedentes de 79,5 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a abandonar sus hogares a causa del conflicto y la persecución en 2019.
De ellos, 26 millones son personas refugiadas.
El 40% de estas personas refugiadas son menores, lo que exige esfuerzos orientados a abordar las necesidades de este grupo especialmente vulnerable y reducir al mínimo el impacto de la crisis en él.
El 20 de junio celebramos el Día Mundial del Refugiado. La fecha coincide con la firma de la Convención de Ginebra en 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados. Se aprobó después de la Segunda Guerra Mundial para dar protección oficial a los refugiados, defender sus derechos y establecer una serie de obligaciones que los países deben cumplir para protegerlos.
Las personas refugiadas se encuentran entre los grupos de población más vulnerables. Pero este año, la fecha llega en medio de un tremendo cambio social debido a las consecuencias de la pandemia. Las condiciones de vida en muchos campos de refugiados son infrahumanas. Sufrir una pandemia en esta situación es otro horror añadido a lo que ya viven. En los campos hay hacinamientos, por lo que no se puede mantener la distancia de seguridad. En muchos campos tienen difícil acceso a agua potable, no hay las medidas higiénicas necesarias ni asistencia sanitaria adecuada. Estas malas condiciones de vida hacen que la salud de las personas que viven allí se vea afectada. A pesar de esto, muchas personas refugiadas están comprometidas activamente en sus comunidades en la promoción de la salud durante esta pandemia.
Desde la Fundación Provocando la Paz renovamos nuestro compromiso con las personas refugiadas, agradecemos a las comunidades que las acogen y a los trabajadores humanitarios que las apoyan.
Y recordamos la urgencia de poner fin a los conflictos y la persecución que ocasionan estos desastres causados por la miseria humana. Necesitamos un mundo en paz, inclusivo e igualitario.
Ayuda especial a Gambia con motivo de la pandemia
La pandemia avanza lentamente en África, pero sus consecuencias podrían ser mucho más letales que en otras partes del mundo, ya que además de la falta de medios, allí convergen hambrunas, pobreza extrema y otras epidemias.
Os informamos sobre nuestra colaboración con el equipo de Gambia para prevenir daños mayores durante la situación de pandemia que vivimos y los efectos devastadores que tiene en Gambia un largo confinamiento.
Detectamos que a la población le estaba costando seguir las medidas estrictas de confinamiento que marcó el gobierno, sobre todo por la dificultad de tener distancia de seguridad, ya que suelen vivir varias familias juntas en una casa y no suelen tener habitaciones individualizadas.
El cierre de mercados y pequeñas tiendas, y sin ingresos económicos por el confinamiento, está dificultando que haya abastecimiento de comida.
El gobierno repartió arroz, pero no llegó a toda la población, sobre todo a las poblaciones pequeñas.
Por eso pensamos en colaborar comprando comida (arroz, cebollas, aceite, agua) y jabón para las familias que están implicadas en nuestro proyecto, que es una zona muy empobrecida.
Esperemos de todo corazón que como familia humana salgamos todos de la situación lo antes posible.
Una vez más agradecemos vuestro apoyo económico y la colaboración de nuestro voluntariado.